Hoy es

Manuel Follana López y la Fábrica de la Luz


Almacenes de don Adrián Viudes en 1910, actual esquina de la
calle Canalejas con Liceo Politécnico
Ya os he contado la gran vinculación de don Adrián Viudes con nuestro pueblo, y es que su despegue industrial dio comienzo aquí, justo enfrente del ahora cerrado cuartel de la guardia civil (en la actual calle Canalejas). 
El agramado del cáñamo le hizo plantearse fabricar un motor de gas pobre para mecanizar esta dura labor, lo que le permitió generar suficiente energía como para iluminar también la fábrica y su casa.
Por entonces entró de peón albañil un joven llamado Manuel
Follana López, muy avispado y resuelto, que le pidió a don Adrián ser mecánico y que, tras algunos años en Alicante en su delegación de automóviles, se convirtió en la persona de confianza y encargado de todos sus negocios en Almoradí.
Manuel Follana con su esposa
Filomena
La familia de Manuel Follana en la
puerta de la fábrica de la luz en 1957
En los primeros años del pasado siglo la electricidad llega a nuestro pueblo suministrada por José Rufete por medio de un pequeño motor de gas pobre que pronto se quedó pequeño. En 1912 es el señor Ramirez Alonso quien compra la fábrica de electricidad y se hace cargo del alumbrado público, aunque seis años después es finalmente Adrián Viudes quien la adquiere. Por entonces ya había construido viviendas y almacenes frente el cuartel que destinó a la venta de abonos y semillas y a las distribuciones eléctricas, cuya energía compraba a Riegos de Levante y que era vendida a todos los pueblos cercanos. Con la electricidad llegó otro gran negocio: la venta de hielo, producto que también era demandado por toda la comarca. Y con el hielo, las primeras fuentes de aguas potables y la distribución de las mismas por todo el pueblo.
Y así fue como Manuel Follana se convirtió en el administrador de una importante industria comarcal, y en un adelantado a su época. Trajo a nuestro pueblo el primer automóvil a motor, y también, ya en la década de los cincuenta, un ingenio presentado en la feria de Bruselas y que él mismo describió como “una caja de madera y cristal por delante al que llaman televisor”. Aquella caja de madera y cristal, situada convenientemente en la ventana de su casa (en la fábrica de la luz), se convirtió en una atracción para todo el que pasaba camino del Liceo.

 
Los trabajadores de DISTRIBUCIONES ELÉCTRICAS SADRIÁN

Para AMPARO Seva Follana. Gracias.

Imprimir artículo

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Si te pareció interesante, no olvides comentarlo y compartirlo en tus Redes Sociales. Gracias.